La caza y el comercio de tortugas marinas han sido una práctica común durante miles de años. Se han utilizado regularmente por sus caparazones, carne y huevos, que son apreciados en algunas culturas. Sin embargo, la caza excesiva unida a los cambios medioambientales han provocado que seis de las siete especies conocidas de tortugas marinas estén en peligro de extinción.

Hoy en día, las tortugas marinas están protegidas de los cazadores debido a su situación de peligro de extinción. Sin embargo, esto no impide que sean cazadas ilegalmente. Las partes de las tortugas todavía se pueden vender en el mercado negro, o directamente a los consumidores, a través del comercio ilegal. Algunos grupos políticos están solicitando oficialmente que las tortugas marinas sean completamente eliminadas de la lista de especies en peligro de extinción, para que puedan ser cazadas legalmente yPero con los escasos avances logrados en el aumento de la población y la continua amenaza de la caza ilegal, las tortugas marinas pronto se extinguirán si no se les sigue protegiendo.

El comercio ilegal de tortugas marinas es una industria bien oculta. A menudo, estas criaturas se venden en zonas remotas y difíciles de localizar a través de las fronteras internacionales, lo que hace casi imposible seguirles la pista. En contadas ocasiones, los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley se inclinan a mirar hacia otro lado, ya sea por los sobornos de los cazadores furtivos o porque viven en una cultura en la que comer tortugas es una tradición.Estas situaciones hacen que los cazadores furtivos escapen sistemáticamente a la acción de la justicia.

Independientemente de los beneficios económicos, destruir la población de tortugas marinas no merece la pena por el daño que causaría en el ecosistema de los océanos. Las tortugas marinas son partes preciosas de sus comunidades marinas, y tienen mucho que ofrecer en sus nichos diferenciados. Siempre que una especie es cazada en exceso, o se extingue por completo, no sólo les afecta a ellas, sino que cambia todo su ecosistema. Incluso los humanos encontraránDebemos utilizar nuestros recursos y comunidades para fortalecer la naturaleza, porque con demasiada frecuencia olvidamos que formamos parte de ella.