El 10 de julio de 1942 comenzó el primero de cinco brutales asesinatos y violaciones contra la pelirroja esposa de 20 años de un hombre llamado William Brown. Charles Floyd entró en la casa de los Brown y estranguló a su esposa hasta la muerte antes de brutalizar su cuerpo. Ella estaba embarazada en ese momento, por lo que la policía consideró el asesinato como un doble homicidio.

Seis meses más tarde, Georgina Green y su hija, felizmente casada, estaban solas en su casa cuando Floyd irrumpió en ella y las apaleó hasta la muerte. Ambas eran pelirrojas, lo que ayudó a la policía a comprender que el asesino tenía afinidad por las mujeres pelirrojas. El 15 de mayo de 1945, el asesino volvió a atacar. Esta vez su víctima fue Panta Lou Niles, otra mujer pelirroja.

Un vagabundo local llamado Henry Owens fue arrestado por los asesinatos de estas cuatro mujeres. Debido a su simpleza mental, era un sospechoso fácil de inculpar de los asesinatos. Permaneció en prisión hasta que Charles Floyd atacó por quinta y última vez el 1 de julio de 1948.

Floyd irrumpió en una casa con una madre que vigilaba a sus dos hijas. Comenzó a forzarlas a realizar actos sexuales hasta que un vecino preocupado acudió en ayuda de las mujeres y Floyd huyó. Charles Floyd irrumpió entonces en la casa de Ruth Norton, a dos manzanas de distancia, y la asesinó. Ahora que había supervivientes de un ataque, la policía tenía una descripción que les llevó rápidamente a la detención de Floyd el22 de noviembre de 1949.

Floyd fue condenado tras confesar la violación y asesinato de estas cinco mujeres pelirrojas y el asesinato del niño nonato. Tras comprobar su coeficiente intelectual, el juez consideró que Floyd no debía ser condenado a muerte mediante la silla eléctrica, por lo que Floyd fue condenado a cadena perpetua en una institución psiquiátrica. Floyd acabaría muriendo allí por causas naturales.